domingo, 31 de mayo de 2015

Fantasías con coherencia interna

Ayer vi la nueva película de superman, un carilindo musculoso extremadamente yanqui. También Cristopher Reeve lo era cuando subíamos al colectivo 621 a ver el estreno de Superman en Ramos Mejía. 
Debía tener entre 11 y 14 años y de lo que más me acuerdo de esa salda es la tira enorme de boletos que nos dió el colectivero porque éramos como 20 pibes los que subimos. El otro día, recordábamos con un amigo, lo grosso que eran los colectiveros de antes que debían contar la plata, cortar y dar los boletos según el tramo que se viaje, dar el vuelto, alisar y acomodar los billetes por medidas y colocarlos en esos alojamientos con una pesa para aplastarlos, también, tenían el monedero multicolumna que manejaban con el pulgar. Con toda la plata a la vista, la zona donde manejaba el conductor era un muestrario de billetes que ahora nos resultaría inconcebible. Realmente para ser colectivero en esa época había que tener mucha práctica y concentración, imagino que terminarían agotados. 
- "Y no te olvides que los colectivos no tenían cambios automáticos" - me dice mi amigo-, cierto, para colmo también pasaban los cambios a mano.

Volviendo a Superman, cada vez me gusta menos ese comic, no por lo fantasioso, ni porque sea yanqui, sino porque el personaje es incoherente y lleno de contradicciones. Veamos un poco mas en 

detalle a este "extraterrestre del orto" como dice Alfredo Caseros en su personaje de Juan Carlos Batman. 

El tipo es mas duro que el acero pero vuela, tiene algo en algún lado que le permite violar la ley de gravedad, ni Jor El ni nadie, explica por qué puede volar, pero supongamos que puede, ¿cómo se propulsa? ¿cuál es la manera que tiene de acelerar tanto? 


Ojo, estos cuestionamientos no son un baño de realismo en contra de la fantasía, me encanta lo fantástico, pero tiene que guardar coherencia interna. Un ejemplo de película muy fantástica y coherente es Terminator I y II.


Superman es duro como el acero, pero cuando la besa a Luisa Lane sus labios son blandos y carnosos, su psicología no tiene ningún rasgo extraterrestre, ok dirá alguno, lo que pasa es que se crió en la Tierra, pero no todo se adquiere por la cultura, hay un componente extraterrestre que debería estar en su comportamiento y no se ve por ningún lado. 


Que de sus ojos salga esa mezcla de fuego y rayo láser tampoco cierra, ¿de dónde proviene tanta energía? lo mismo que para acelerar tan rápido, aparentemente ingiere comida como cualquier humano, debería comer toneladas de comida por día para lograr esa energía. 

El pelo es resistente al fuego, pero lacio y dócil...no va, tiene demasiados rasgos homínidos para ser extraterrestre, podrían haberle hecho orejas como a Spock, o dedos como el hombre de la Atlántida, no sé...algún rasgo que lo aleje de esa humanidad extrema que se contrapone con sus superpoderes. 

En cambio, miremos la saga de Terminator, por lo menos la I y II que son las que valen, la II sobretodo. Terminator es un robot, eso justifica todas sus características, solo un recubrimiento de piel lo asemeja a un humano, esa piel se quema y degrada como cualquier piel, pero su estructura es de un metal casi indestructible, su accionar es el de una máquina, frío y sin sentimientos, aun cuando incorpora algunos sentimientos, son mas creíbles que los que tiene superman por la lavada Luisa Lane. 


En superman esta mal hasta el nombre, no es un super-hombre, es un extraterrestre con forma humana, diría que demasiado humana, y que tiene poderes increíbles, lo grave, es que son increíbles aún, dentro de la lógica del propio guión.

sábado, 16 de mayo de 2015

Escala Scoville*

Una vecina del barrio de la Boca comenta por la radio: "Es terrible, me dio mucha tristeza lo que pasó", me daba ganas de abrazar a los de River, mire Ud... lo que nunca..."

No quiero hablar de los políticos, de los dirigentes de los clubes, ni de los barras y sus acuerdos con la policía, ¿para qué mas de lo mismo? ¿Hablar de lo que dicen los medios? Están todos escandalizados. Basta leer el foro de lectores del diario La Nación en las notas del caso resonante de turno: Nisman, Fayt, Tinelli, violencia de género, gas pimienta...

No se cómo se arregla esto, tampoco si hay algo roto, y menos aún sé si estamos mejorando como sociedad o empeoramos. ¿Qué significa mejorar?
Recién Daniela me mostró un video de Berlín dos meses después de finalizada la guerra, la gente caminando tranquila, con un cansancio y entrega difícil de describir, una ciudad sin techos ni ventanas, una mujer tejiendo en el primer piso de su casa, se la puede ver perfectamente porque a la habitación le falta toda una pared...

Aún no sabemos lo que no queremos, como niños buscamos el placer inmediato. A propósito, el otro día me compré un iphone, lindo aparato, aún juego con él...
es difícil salir de nuestra comodidad inmediata...
Creo que aún sufrimos poco como sociedad comparados con otros pueblos, o tal vez, no logramos capitalizar ese sufrimiento en mejoras.
Hablamos y hablamos, pero no cambiamos, debemos ser los mejores analistas del mundo, todos tenemos razón. Leo los comentarios de los foristas y tienen razón, son comentarios llenos de conocimiento y para nada triviales, todos ya sabemos todo y lo expresamos, así mostramos nuestra lucidez, pero el cambio implica otra cosa, algo más que hablar... ¿están pensando en la revolución? No, ya probamos esos caminos. ¿En alguien que venga y sepa que hacer?, pero si ya sabemos qué hacer!... sabemos todo...

Menos pensar y trabajar en los dilemas, menos acatar reglas aunque nos jueguen en contra, menos consensuar con el que piensa distinto, menos dejar de ir a la cancha, menos dejar de que el fútbol siga teniendo tanto rating, menos dejar de echarle la culpa al político y hacer alguna actividad política nosotros...

El verdadero ser argentino se manifiesta en las reuniones de consorcio. No tiene sentido descargar nuestra ira y frustración en los políticos, una vez más, el trabajo es interno, y la participación... esa si es externa.


*Escala que mide el picor de los pimientos.