"Estudiar no reúne en un espacio compartido a un ignorante y a un sabio, sino a dos ignorantes en cuestiones diferentes.
El maestro o el profesor, muestra el modo en que trabaja su ignorancia, como la recorre, el modo en que la disfruta o el efecto que le produce. No hay razón alguna para que se muestre autosuficiente o seguro de su erudición. Esa postura de un supuesto saber consolidado esteriliza las mentes, tanto la del depositario de la información como el del receptor de la misma.
El maestro o el profesor, muestra el modo en que trabaja su ignorancia, como la recorre, el modo en que la disfruta o el efecto que le produce. No hay razón alguna para que se muestre autosuficiente o seguro de su erudición. Esa postura de un supuesto saber consolidado esteriliza las mentes, tanto la del depositario de la información como el del receptor de la misma.
La ignorancia consciente de sí provoca una inquietud persistente conocida con el nombre de curiosidad. Una de las cualidades que puede trasmitir un enseñante es su insatisfacción. Su búsqueda permanente, la interrogación irrestricta sobre los conocimientos adquiridos, la necesidad que tiene de confrontar puntos de vista y de incitar al debate, su asombro ante las novedades del mundo, sus ganas de vivir.
Si no tiene nada de lo que acabo de mencionar, poco puede hacer para aportar algo de valor a los otros ya que nada se aporta a sí mismo."
Tomas Abraham