Charlas con Mario: Le comento a Mario mi sorpresa con los chicos y adolescentes de hoy que piden y agradecen los límites. Le cuento que mas de una vez los alumnos me agradecen que los rete un poco porque no se ponen las pilas, me dicen:"gracias Sergio por preocuparte", o cuando yo me siento que soy medio severo o medio policía en el curso y al final de la cursada les comento mi sentir, me dicen que esta bien, si no te toman por tonto...
Mi sobrina me dice que ella es consciente que necesita "un gendarme" al lado para estudiar. Se había prometido a sí misma no pasar por el calvario de llevarse varias materias de nuevo, y no lo logró, finalmente con la presión de los exámenes termina estudiando y aprobando, pero es víctima de sí misma y dice necesitar a alguien que le este detrás rompiendo los kinotos para estudiar: pide orden y disciplina, reconoce que la necesita.
Para mi es algo incomprensible, y para Mario también que fuimos criados en entre el proceso y el post proceso, solo queríamos libertad, tener el campo libre y que nadie nos dijese qué hacer.
Pero pareciera que ahora es al revés, hay un exceso de libertad y eso, contra lo que podríamos pensar Mario y yo, también tiene su contrapartida negativa.
Mario dice que que es por la angustia que genera el tener tantas posibilidades y opciones y no saber qué elegir o qué hacer, en cambio, cuando la disciplina externa te pone en un carril, desaparece la angustia y el camino está claro.
Hay un chiste que no logro encontrar en Internet, en donde esta una madre gritándole desesperada a su hijo diciéndole:
- "Te dí todo, ¿qué más querés que te dé?, y el chico contesta:
- Un "no".
Un fenómeno el Mario.