domingo, 25 de septiembre de 2016

Apartarse de la autopista


¿Invertir en el futuro o carpe diem? Las generaciones siguientes a los que nacieron en la post guerra, las llamadas generación X; Y y Z, vieron lo que sucedió con el sacrificio laboral de sus padres y abuelos, terminaron con una pobre recomensa, la cual se representaba en la famosa escena del reloj que entrega la compañia al empleado que se jubila luego de dejar su vida en la empresa.
Las generaciones posteriores no quieren eso, y dicen: "disfrutemos el hoy", nada de donar mi vida a una multinacional. 

Pero, por otro lado, no se puede vivir solo el hoy sin invertir en el futuro, la autopista de los que quieren pasarla bien esta llena y a los pocos años sufrimos esa congestión que nos oprime aún más que el sacrificio que deberíamos hacer hoy para estar mejor mañana. Además, no termina de quedar claro eso de "pasarla bien", como dice Helén Keller:
"Mucha gente se hace una idea equivocada sobre la verdadera felicidad. No se consigue satisfaciendo los propios deseos, sino siendo fieles a un cometido que merezca la pena".
Y, a veces, "pasarla bien" tiene el rostro de la pereza. 


La forma de estar mejor en el futuro es hacer algo que nos diferencie y que nos aparte un poco de lo que ya hay mucho. La forma de lograr eso es con cierto esfuerzo, justamente porque cuesta, al poco tiempo ese esfuerzo nos aparta de la autopista.
No importa lo que hagamos, jardinería, costura, medicina, albañilería, diseño... pero debemos darle un plus. Generalmente ese plus proviene de saber un poco más que la media, haber aprendido algo más que el promedio de la gente que esta en ese rubro. Aunque ese aprender no haya sido formalmente adquirido, pero seguro que lo fue con cierto esfuerzo, dedicación, y poniendo una mayor concentración que la mayoría.


Algunas personas tiene cualidades innatas y logran diferenciarse, por su simpatía, inteligencia, capacidad, etc. pero es una apuesta arriesgada.
Para mi lo que mejor funciona, lo que mas chances de éxito tiene, es el aprender cosas, tanto internas como externas. Porque confiar sólo en lo que se trae en los genes, puede engañarnos.
Nuestro ego nos dice que somos "distintos". Me hace acordar a la frase: "quiero que me quiera por lo que soy" ¿y qué sos?.
Y cuando finalmente descubrimos a ese impostor, que nos adula como la abuela, resulta que es tarde y nuestra cabeza ya esta aturdida por los bocinazos de la autopista.