Soy de izquierda porque creo que hay que trabajar para tender a la
igualdad de oportunidades, ayudar a los que menos tienen, y porque creo
en que la mejor educación y la mejor salud tienen que ser pública y
gratuita. Soy de derecha porque creo en que hay que trabajar en forma
eficiente, no promover la vagancia y premiar al que trabaja y es
responsable, porque no creo que tener plata sea sinónimo de explotador o
tener un ética dudosa. Soy de centro porque creo que hay que entender
que las personas no nacen delincuentes u honrados, sino que son los
sistemas y los contextos los que los llevan a delinquir, pero al mismo
tiempo, que no se puede ser laxo con el que mata para robar. Pero hay
que ver la raiz del árbol y no ensañarse con las hojas. La raíz de la
delincuencia no esta en el que roba o mata, el visible en el cual
descargamos nuestra ira. El problema esta en el político corrupto, el
sindicalista que va a buscar el diezmo en cada empresa, en el comisario
que libera la zona, en el jefe de los dealers que vive en Tigre. La raíz
de la corrupción y la delincuencia vive en Puerto Madero y en le Delta,
no en las villas.
sábado, 1 de octubre de 2016
domingo, 25 de septiembre de 2016
Apartarse de la autopista
¿Invertir en el futuro o carpe diem? Las generaciones siguientes a los que nacieron en la post guerra, las llamadas generación X; Y y Z, vieron lo que sucedió con el sacrificio laboral de sus padres y abuelos, terminaron con una pobre recomensa, la cual se representaba en la famosa escena del reloj que entrega la compañia al empleado que se jubila luego de dejar su vida en la empresa.
Las generaciones posteriores no quieren eso, y dicen: "disfrutemos el hoy", nada de donar mi vida a una multinacional.
Pero, por otro lado, no se puede vivir solo el hoy sin invertir en el futuro, la autopista de los que quieren pasarla bien esta llena y a los pocos años sufrimos esa congestión que nos oprime aún más que el sacrificio que deberíamos hacer hoy para estar mejor mañana. Además, no termina de quedar claro eso de "pasarla bien", como dice Helén Keller:
"Mucha gente se hace una idea equivocada sobre la verdadera felicidad. No se consigue satisfaciendo los propios deseos, sino siendo fieles a un cometido que merezca la pena".
Y, a veces, "pasarla bien" tiene el rostro de la pereza.
La forma de estar mejor en el futuro es hacer algo que nos diferencie y
que nos aparte un poco de lo que ya hay mucho. La forma de lograr eso
es con cierto esfuerzo, justamente porque cuesta, al poco tiempo ese
esfuerzo nos aparta de la autopista.
No importa lo que hagamos, jardinería, costura, medicina, albañilería, diseño... pero debemos darle un plus. Generalmente ese plus proviene de saber un poco más que la media, haber aprendido algo más que el promedio de la gente que esta en ese rubro. Aunque ese aprender no haya sido formalmente adquirido, pero seguro que lo fue con cierto esfuerzo, dedicación, y poniendo una mayor concentración que la mayoría.
Algunas personas tiene cualidades innatas y logran diferenciarse, por su simpatía, inteligencia, capacidad, etc. pero es una apuesta arriesgada.
Para mi lo que mejor funciona, lo que mas chances de éxito tiene, es el aprender cosas, tanto internas como externas. Porque confiar sólo en lo que se trae en los genes, puede engañarnos.
Nuestro ego nos dice que somos "distintos". Me hace acordar a la frase: "quiero que me quiera por lo que soy" ¿y qué sos?.
Y cuando finalmente descubrimos a ese impostor, que nos adula como la abuela, resulta que es tarde y nuestra cabeza ya esta aturdida por los bocinazos de la autopista.
No importa lo que hagamos, jardinería, costura, medicina, albañilería, diseño... pero debemos darle un plus. Generalmente ese plus proviene de saber un poco más que la media, haber aprendido algo más que el promedio de la gente que esta en ese rubro. Aunque ese aprender no haya sido formalmente adquirido, pero seguro que lo fue con cierto esfuerzo, dedicación, y poniendo una mayor concentración que la mayoría.
Algunas personas tiene cualidades innatas y logran diferenciarse, por su simpatía, inteligencia, capacidad, etc. pero es una apuesta arriesgada.
Para mi lo que mejor funciona, lo que mas chances de éxito tiene, es el aprender cosas, tanto internas como externas. Porque confiar sólo en lo que se trae en los genes, puede engañarnos.
Nuestro ego nos dice que somos "distintos". Me hace acordar a la frase: "quiero que me quiera por lo que soy" ¿y qué sos?.
Y cuando finalmente descubrimos a ese impostor, que nos adula como la abuela, resulta que es tarde y nuestra cabeza ya esta aturdida por los bocinazos de la autopista.
domingo, 21 de agosto de 2016
Pereza
En la película el abogado del diablo, Al Pacino termina con la frase:
"la vandidad, mi pecado preferido". Creo que actualmene el riesgo mayor
es el pecado de la pereza. La tecnología nos suministra lo necesario
para estar psicológicamente satisfechos y nos hace cada día mas
perezosos. Podemos comunicarnos, expresar nuestra ideología, trabajar,
relacionarnos, todo desde la silla frente a la PC o el celular. ¿Y la
acción? ¿el moverse para hacer algo? eso que realmente nos llena,
ya que tiempo después solo nos acordamos de los momentos en que nos
desplazamos físicamente y no de los momentos en que tipeamos frases
ingeniosas.
Actualmente, y
sobretodo en los jóvenes, la lucha contra la pereza es mucho más dificil
que antes. Tiempo atrás había presiones familiares y sociales que
empujaban al jóven al movimiento, a salise de la cuna del hogar, la
cama, y su silla, pero ahora esas presiones están muy diluídas y el
esfuerzo de moverse corre por cuenta y cargo del propio jóven. Cómo aún
él no sabe los riesgos futuros de la pereza cree que no hace falta hacer
el esfuerzo de moverse, de sobreponerse a la propia inercia y decir:
"me levanto y voy"; "me levanto y lo hago aunque putas las ganas que
tengo".
Los riesgos de la pereza son enormes y condenatorios, por algo es un pecado capital. Los antiguos no eran tontos, sabían y eran conscientes de este enorme riesgo, que puede derivar en la auto mitología, la depresión, la insatisfacción personal, y el repudio familiar y social.
Los riesgos de la pereza son enormes y condenatorios, por algo es un pecado capital. Los antiguos no eran tontos, sabían y eran conscientes de este enorme riesgo, que puede derivar en la auto mitología, la depresión, la insatisfacción personal, y el repudio familiar y social.
domingo, 14 de agosto de 2016
Heráclito
Heráclito
Heráclito camina por la tarde
De Éfeso. La tarde lo ha dejado,
Sin que su voluntad lo decidiera,
En la margen de un río silencioso
Cuyo destino y cuyo nombre ignora.
Hay un Jano de piedra y unos álamos
Se mira en el espejo fugitivo
Y descubre y trabaja la sentencia
Que las generaciones de los hombres
No dejarán caer. Su voz declara:
Nadie baja dos veces a las aguas
Del mismo río. Se detiene. Siente
Con el asombro de un horror sagrado
Que él también es un río y una fuga.
Quiere recuperar esa mañana
Y su noche y la víspera. No puede.
Repite la sentencia. La ve impresa
En futuros y claros caracteres
En una de las páginas de Burnet.
Heráclito no sabe griego. Jano,
Dios de las puertas, es un dios latino.
Heráclito no tiene ayer ni ahora.
Es un mero artificio que ha soñado
Un hombre gris a orillas del Red Cedar,
Un hombre que entreteje endecasílabos
Para no pensar tanto en Buenos Aires
Y en los rostros queridos. Uno falta.
JLB
De Éfeso. La tarde lo ha dejado,
Sin que su voluntad lo decidiera,
En la margen de un río silencioso
Cuyo destino y cuyo nombre ignora.
Hay un Jano de piedra y unos álamos
Se mira en el espejo fugitivo
Y descubre y trabaja la sentencia
Que las generaciones de los hombres
No dejarán caer. Su voz declara:
Nadie baja dos veces a las aguas
Del mismo río. Se detiene. Siente
Con el asombro de un horror sagrado
Que él también es un río y una fuga.
Quiere recuperar esa mañana
Y su noche y la víspera. No puede.
Repite la sentencia. La ve impresa
En futuros y claros caracteres
En una de las páginas de Burnet.
Heráclito no sabe griego. Jano,
Dios de las puertas, es un dios latino.
Heráclito no tiene ayer ni ahora.
Es un mero artificio que ha soñado
Un hombre gris a orillas del Red Cedar,
Un hombre que entreteje endecasílabos
Para no pensar tanto en Buenos Aires
Y en los rostros queridos. Uno falta.
JLB
Politica personal Elisa Carrió
Cuando hablo de pensar hablo de reflexionar, me refiero a una instancia crítica de nuestras propias cosas, porque muchos sienten y piensan pero no se sienten y se piensan; la situación existencial les está dada, no reflexionan acerca de sus propios comportamientos, de sus propias acciones. En consecuencia ese es el momento de actividad del hombre, porque una vez que tomamos una decisión a partir de una reflexión, somos otros. Y este es el concepto de natalidad de Arendt. En la medida que podamos tomar una decisión que rompa algo de nuestra vida o que la cambie, ahí está la política y ahí está la natalidad. Esto significa hay una política respecto de la persona, y es muy interesante pensar que nosotros tenemos que tener una política respecto a nosotros, ser sujetos que observamos al sujeto que somos; siempre desde cierta distancia. Y así podemos constatar lo irracionales que somos. ¿Cómo sería la situación? La situación es que uno siempre es espectador y siempre es actor. Se puede ser actor en silencio; el silencio puede ser una de las formas más amorosas o más terribles. Uno está actuando siempre, y esto no quiere decir que uno sea falso, pero la vida misma es una actuación permanente en la que uno ocupa roles y distintas máscaras. No es lo mismo hablar con nuestros hijos que con otras personas, son distintos roles, distintas formas de actuación, pero la capacidad de reflexionar implica ser observador de nuestras propias conductas. Lo central para poder obrar distinto es justamente ese doble ejercicio cuya clave es una acción distinta, la de estar siempre como observadores, porque el punto de vista del observador es distinto al del que actúa. El que actúa juega el juego y el que observa puede ver los hechos, puede describir el juego. Esa actitud de ser un espectador casi neutral de uno mismo, lo más distante posible de uno mismo, es muy difícil. Esa es la reflexión que permite corregir la acción, que permite cambiar la actitud, que permite cambiar el mundo, cambiar la vida, y si cambiamos nuestra vida cambiamos el mundo.
13-08-16 Elisa Carrió
https://www.facebook.com/notes/elisa-lilita-carri%C3%B3/llamado-a-los-argentinos-a-un-nuevo-nacimiento/10153639865850740
13-08-16 Elisa Carrió
https://www.facebook.com/notes/elisa-lilita-carri%C3%B3/llamado-a-los-argentinos-a-un-nuevo-nacimiento/10153639865850740
viernes, 8 de julio de 2016
Miguel
En el citroen de Miguel salíamos cargados de baldes y bombitas en
carnaval, ese mismo citroen 2CV del cual había que bajarse en los pasos a
nivel elevados, porque cargado con todos nosostros y arrancando de
cero, no tenía fuerza para subir esas pendientes.
En lo boliches, Miguel tenía mucho mas éxito que nosotros, éxito que no atribuyo a la pinta ya que todos en el grupo éramos bastante "promedios" en ese aspecto del aspecto, pero Miguel conquistaba por simpático y entrador. Comparado con el resto, Miguel derrochaba calidez y simpatía, mientras que nosotros parecíamos salidos de un frigorífico, ahora lo veo, y es lógico que las minas fueran con él.
Un día en el vestuario del colegio, mientras nos cambiábamos con ropa para ir a la clase de taller, Miguel me pregunta en forma cruda y frontal: "Cuántas veces por semana te masturbás vos".
Mi mente quedó fría, ¿cuál era la respuesa correcta? ¿decir una vez sería mucho o poco? ¿dos, tres...? qué momento incómodo para mí que con 14 años aún no había entrado en esa fase y no tenía un número standard de referencia, pero no podía quedar como un boludo, así que dije seriamente y con seguridad: "una vez".
- ¿Nada mas? -se asombra-.
- Bueno, -corregí rápido-, a veces dos o tres, depende.
Pronto cambiamos de tema. Lo que era tabú y traumático para mí, para él era lo mas natural del mundo.
Al terminar el colegio, a los dos nos tocó la colimba.
Fuerza: Marina. Lugar: Bahía Blanca, Puerto Belgrano.
Tres meses compartimos juntos la instrucción hasta que cada uno se fue a su destino.
No recuerdo mucho esa época, pero si hay algo que recuerdo es la satisfacción y tranquilidad de tener un amigo como Miguel entre esa muchedumbre, alguien con quien charlar y compartir los mismos códigos.
Un verano vino de vacaciones con el resto del grupo, habíamos ido a Mar del Plata y nos dijo que era la primera vez que veía el mar.
Años mas tarde, nos empezamos a ver los fines de año en las reuniones de egresados, rememorando las épocas del secundario y siempre prometiéndonos vernos mas seguido para un asado o una cerveza, deseo siempre incumplido por la operatividad de la vida.
Miguel no sonreía, lanzaba carcajadas. Siempre dispuesto al encuentro y a ayudar a otros. Laburador, alegre, campechano, así es la imagen que tengo de él. Un tipo simple pero profundo en lo importante.
Nosotros, el resto del grupo, somos mas cerebrales, hasta nuestro cariño es mas cerebral y calculador. Con Miguel uno se relajaba, había un corazón detrás. Por eso lo vamos a extrañar tanto..
En lo boliches, Miguel tenía mucho mas éxito que nosotros, éxito que no atribuyo a la pinta ya que todos en el grupo éramos bastante "promedios" en ese aspecto del aspecto, pero Miguel conquistaba por simpático y entrador. Comparado con el resto, Miguel derrochaba calidez y simpatía, mientras que nosotros parecíamos salidos de un frigorífico, ahora lo veo, y es lógico que las minas fueran con él.
Un día en el vestuario del colegio, mientras nos cambiábamos con ropa para ir a la clase de taller, Miguel me pregunta en forma cruda y frontal: "Cuántas veces por semana te masturbás vos".
Mi mente quedó fría, ¿cuál era la respuesa correcta? ¿decir una vez sería mucho o poco? ¿dos, tres...? qué momento incómodo para mí que con 14 años aún no había entrado en esa fase y no tenía un número standard de referencia, pero no podía quedar como un boludo, así que dije seriamente y con seguridad: "una vez".
- ¿Nada mas? -se asombra-.
- Bueno, -corregí rápido-, a veces dos o tres, depende.
Pronto cambiamos de tema. Lo que era tabú y traumático para mí, para él era lo mas natural del mundo.
Al terminar el colegio, a los dos nos tocó la colimba.
Fuerza: Marina. Lugar: Bahía Blanca, Puerto Belgrano.
Tres meses compartimos juntos la instrucción hasta que cada uno se fue a su destino.
No recuerdo mucho esa época, pero si hay algo que recuerdo es la satisfacción y tranquilidad de tener un amigo como Miguel entre esa muchedumbre, alguien con quien charlar y compartir los mismos códigos.
Un verano vino de vacaciones con el resto del grupo, habíamos ido a Mar del Plata y nos dijo que era la primera vez que veía el mar.
Años mas tarde, nos empezamos a ver los fines de año en las reuniones de egresados, rememorando las épocas del secundario y siempre prometiéndonos vernos mas seguido para un asado o una cerveza, deseo siempre incumplido por la operatividad de la vida.
Miguel no sonreía, lanzaba carcajadas. Siempre dispuesto al encuentro y a ayudar a otros. Laburador, alegre, campechano, así es la imagen que tengo de él. Un tipo simple pero profundo en lo importante.
Nosotros, el resto del grupo, somos mas cerebrales, hasta nuestro cariño es mas cerebral y calculador. Con Miguel uno se relajaba, había un corazón detrás. Por eso lo vamos a extrañar tanto..
sábado, 18 de junio de 2016
Primitivas
En el gimnasio las mujeres endurecen sus gluteos y sus entrepiernas, los hombres hacen bíceps y dorsales. Como todo animal buscamos gustar y atraer al sexo opuesto, todo ese sacrificio gimnástico es para eso y se camufla con un: "lo hago para sentirme bien", "es para estar saludable", etc, sí, también, pero primero lo otro.
Todos somos muy parecidos en esa animalidad sexual, por eso, largo con fuerza el aire mientras giro y levanto una mancuerna de seis kilos...
Queremos ser distintos y que nos quieran por nuestra "distintez" pero casi en todo somos iguales, hasta en querer ser distintos.
Ser distinto es trabajo, trabajo interno sobretodo, que empieza por reconocer nuestras miserias, primero a nosotros mismos y después reconocerlas ante los demás, y convivir y luchar contra esas miserias sin juzgarse, ni deprimirse, ni resignarse...
*****************************************
En la verdulería un niño de unos 3 años grita, le pega alaridos a la madre para que lo levante "UPPAAAAA....". Los presentes se miran por la conducta del niño que altera y silencia el ambiente. La indiferencia de la madre transmite un "ya se va a cansar". Pero es una apuesta perdida, el niño no se cansa y los gritos continuan seguidos de un alarido agudo y penetrante que solo Dios sabe cómo no lo deja afónico. Repudiamos a ese crío y a sus padres, creemos que no cumplen su rol de padres al no callar sus caprichos, los gritos dicen "UPA" pero piden límites que los padres no tienen los huevos de poner. El pequeño va a tener que poner sus propios límites, hacer el trabajo que deberían hacer los perezosos y cobardes padres, pero antes va a buscar esos límites con gritos desesperados diciendo UPA, u otra súplica pidiéndoles a esos cabrones que cumplan con su tarea.
En su ensueño, los padres siguen su ilusión moderna de bondad y cubren su debilidad con una moral poco pensada de no violencia y libertad. Son generadores de monstruos, la sociedad lo percibe y cuando el chico les suplica con alaridos que cumplan su rol, todos guardamos silencio y nos miramos en la verdulería. Muy adentro nuestro, sentimos que esa madre mono no esta criando bien a su cria.
Todos somos muy parecidos en esa animalidad sexual, por eso, largo con fuerza el aire mientras giro y levanto una mancuerna de seis kilos...
Queremos ser distintos y que nos quieran por nuestra "distintez" pero casi en todo somos iguales, hasta en querer ser distintos.
Ser distinto es trabajo, trabajo interno sobretodo, que empieza por reconocer nuestras miserias, primero a nosotros mismos y después reconocerlas ante los demás, y convivir y luchar contra esas miserias sin juzgarse, ni deprimirse, ni resignarse...
*****************************************
En la verdulería un niño de unos 3 años grita, le pega alaridos a la madre para que lo levante "UPPAAAAA....". Los presentes se miran por la conducta del niño que altera y silencia el ambiente. La indiferencia de la madre transmite un "ya se va a cansar". Pero es una apuesta perdida, el niño no se cansa y los gritos continuan seguidos de un alarido agudo y penetrante que solo Dios sabe cómo no lo deja afónico. Repudiamos a ese crío y a sus padres, creemos que no cumplen su rol de padres al no callar sus caprichos, los gritos dicen "UPA" pero piden límites que los padres no tienen los huevos de poner. El pequeño va a tener que poner sus propios límites, hacer el trabajo que deberían hacer los perezosos y cobardes padres, pero antes va a buscar esos límites con gritos desesperados diciendo UPA, u otra súplica pidiéndoles a esos cabrones que cumplan con su tarea.
En su ensueño, los padres siguen su ilusión moderna de bondad y cubren su debilidad con una moral poco pensada de no violencia y libertad. Son generadores de monstruos, la sociedad lo percibe y cuando el chico les suplica con alaridos que cumplan su rol, todos guardamos silencio y nos miramos en la verdulería. Muy adentro nuestro, sentimos que esa madre mono no esta criando bien a su cria.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)