- Llevar la contraria puede ser una tarea apasionante: Al fin y al cabo, anula al otro. Pero, al mismo tiempo, lo hace necesario.-
Es imposible. Solo queda la fuerza de la confrontación, que gane el más fuerte, o el que sea más astuto en minar el terreno con chicanas mediáticas.
Por eso debe ser que oscilamos entre el despotismo y la ingobernabilidad, entre la mano dura y la anarquía. Tenemos que acortar la amplitud de oscilación de ese péndulo social para canalizar toda esa energía en que la gente viva mejor. Cambiar ideologías por ideas, rencor por entusiasmo, violencia por comunicación y voluntad de entendimiento, y trabajar en nosotros para mutar la pereza en esfuerzo y el esfuerzo en eficiencia.
Cualquier adolescente se da cuenta que el modelo de familia de los spots publicitarios y películas yanquies son un fiasco, una gran menitira, pero la familia ideal existe y se define en la manera que tienen de resolver sus conflictos que, como siempre, esta basado en una buena comunicación y el amor. Cuenten las propuestas que hace la gente en los foros de los artículos políticos en los diarios on line. Cero. Cero propuesta. Todo ira y crítica. Ojalá solo sea una forma anónima de hacer catarsis, porque los comentarios están cargados de intolerancia al otro, de insultos y desprecio. Confío en que solo sean una descarga, un juego, si no, pobre de nosotros, vamos a seguir echándole la culpa de todo lo que nos pasa a los políticos, o sea, patinando en le barro una vez más, escupiendo nuestras críticas hacia arriba, tirando manotazos al aire como infantes malcriados hasta que nos calme el próximo golpe.
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