Solo los
pensamientos que surgen paseando tienen valor. F. Nietzsche.
Ayer les
comentaba a mis sobrinas que cuando era adolescente una vez, cuando me estaba
yendo de un boliche, increíblemente una chica bastante linda me sacó a bailar.
Lo de increíblemente no es falsa modestia, en esa época yo no ganaba ni a la chica de The Big Bang Theory, estaba más cerca de las fichas del TEG que de cualquier mujer,
no era feo, pero no seducía a nadie.
Estupefacción.
Luego de bailar unos 10 minutos, la chica se aburrió y se fue, ella sí era normal. Cuándo se estaba yendo, le pregunté rápidamente, qué debería haber hecho yo para que ella se quedase un poco más, para que no se fuera, creo que aún le veo la cara:
Estupefacción.
Luego de bailar unos 10 minutos, la chica se aburrió y se fue, ella sí era normal. Cuándo se estaba yendo, le pregunté rápidamente, qué debería haber hecho yo para que ella se quedase un poco más, para que no se fuera, creo que aún le veo la cara:
- Preguntar mi nombre, me dijo.
Boludo
total, con certificado y diploma de honor. Pero en esa época yo estaba lleno de
vergüenzas y no se me podía pedir mucho emocionalmente.
Hoy,
viéndolo retrospectivamente, esa pregunta que hice al final, el animarme a
hacerla por sobre mi vergüenza, siento que salvó mi dignidad.
Busqué
aprender, quise resolver el problema, y ese "querer", superó a mi vergüenza.
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