El subte que esta lleno, un hombre se queja del bolso de una señora que se lo clava en el omóplato. La señora le dice que, si no le gusta, que se tome un taxi, que así se viaja en subte a la mañana. El hombre insiste en que ella tiene lugar y en que acomode el bolso en otra posición.
Que que si, que que no, que tomate un taxi,.. están a unos metros pero no los veo, la vieja murmura: "negro de mierda", el tipo grita "vieja conchuda", ehhhh, la boquita dice la gente, la mayoría critica el exabrupto del hombre, pareciera que es mas grave decir vieja conchuda que negro de mierda, aunque la vieja corre con la ventaja de haberlo dicho en voz baja. Surge un defensor del hombre que dice que en la estación anterior el hombre le dejó el asiento a una señora cuando nadie atinó a levantarse, y ahora encima lo insultan, "pobre tipo"- remata.
Suena la bocina del subte y se abren las puertas, la ecuación entre la gente que entra y la que sale sigue siendo desfavorable a la comodidad interna, recién en la estación Pueyrredón es más la cantidad de gente que se baja que la que sube y se empieza a descomprimir tanto la gente como el clima interno.
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