Ana esta otra vez con dolor de panza y me llama para decirme que hoy no va a venir al curso. Me dice con media sonrisa que la naturaleza no la quiere. Le digo que es mucho peor que eso.
-¿Cómo? me dice ahora seria,
- ¿qué querés decir?
- Que tanto la naturaleza como Dios, ni siquiera no nos quieren, les somos totalmente indiferentes.
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