Los números naturales (1,2,3...) cuentan y ordenan, pero no siempre existe una referencia clara para ello: sea pues el número cero y los números enteros.
Los números enteros (...-2,-1,0,1,2...) resuelven la mayor carencia de los naturales, pero no siempre sirven para dividir o repartir: sean pues los números racionales (cociente de enteros)
Los números racionales resuelven la mayor carencia de los enteros, pero no siempre sirven como solución de una ecuación algebraica (como la raíz cuadrada de dos), o de una relación geométrica (como pi), sean pues los números reales.
Los números reales resuelven la mayor carencia de los números racionales, pero no siempre sirven como solución de una ecuación (como raíz cuadrada de -1). Sean pues los números complejos.
Los números complejos resuelven, desde detrás del espejo, las carencias de los números reales.
La matemática tiene padre: es Arquímedes quien en el siglo tercero antes de Cristo intuye casi todo: el cálculo de números como el omnipresente, el cálculo infinitesimal, el cálculo integral, la teoría de los grandes números, la combinatoria, la geometría de las cónicas y los poliedros, las superficies y volúmenes de revolución, las sucesiones y series de números, la reducción al absurdo en lógica...
Jorge Wagensberg
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