Uno de los efectos de la educación es que posibilita la reducción del
consumo, mediante el estudio y el conocimiento se abren otras fuentes de placer
alternativas al consumo. Los gobiernos se manifiestan contentos cuando ven que
el pueblo consume cada vez más y usan este hecho como propaganda. La dirección
debiera ser justamente la contraria ya que el mayor consumo lleva al desastre,
crisis económica pero sobretodo crisis personal que compromete seriamente la
felicidad al generar conflicto y miedo entre las personas. Hay que salir de la
cultura de la competencia por el status social y la procreación aggiornada a
través de la moda, el poder político y económico, la belleza femenina pero que
en fondo tienen los mismos rasgos primitivos de siempre.
Si el que lee es evolucionado no lo es porque sea mas culto o mas instruido
si no porque encontró, no sin esfuerzo, una fuente de placer alternativa a las
del consumo y la apariencia.
Lo mismo sucede con el que tiene la posibilidad económica de comprarse un
auto mejor, una computadora mejor y no lo hace porque no es necesario, porque
lo que tiene cumple la función para lo cuál él la necesita. Lo último, lo
nuevo, atraen mas que nada al que esta más preocupado por las formas que por los
contenidos, porque además dichas formas complementan “su” forma en la cual si
bien en todos esta inacabada, en el caso del consumista ha dejado de trabajarla
para llenar sus huecos con objetos.
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