lunes, 24 de diciembre de 2012

Espíritu Navideño


A fin de año recibo mails y mensajes de texto con saludos amistosos y deseos de un mejor año por venir. Agradezco los mensajes y llamadas personalizadas, los que me incluyen en su lista de distribución de su empresa de cariño distribuído los borro automáticamente. 

De chico me gustaba la navidad y año nuevo, de grande no me gusta, tal vez me volví mas amargo o vi lo  que hay detrás del arbolito y los deseos de felicidad, que se podrían resumir como: un gran negocio e hipocresía. Hipocresía entre los miembros de las familias que se aguantan y se regalan cosas, y negocio de los comerciantes que a su vez se ven arrastrados por lo que explica muy claramente Pepe Mujica en la cumbre de Río de Janeiro.  
Todos estamos arrastrados por ese río de consumismo que se mezcla con el cariño, la religión, el calor y cansancio de fin de año y hace una mezcla explosiva que es caldo de cultivo para situaciones como los saqueos en supermercados en Bs As, Bariloche y otras provincias. Si está la mecha y la pólvora, el festival de fuegos artificiales lo organiza cualquiera.

Nada que ver con el 2001, en ese momento robaban comida, ahora electrodomésticos, televisores y Fernet.

El espíritu navideño, para mi, más que un espíritu es un espectro. Los que más disfrutan, como siempre, son los niños.

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