jueves, 6 de marzo de 2014

Los nuevos filosofos

Ayer vi una entrevista con Gianni Vattimo, se la hacía otro filósofo reconocido del que no recuerdo el nombre. Mas allá de la erudición de ambos y sus posturas filosóficas, me di cuenta que Vattimo tenía una diferencia con el otro filósofo y era que él se incluía en su propio relato filosófico. El otro hablaba de teorías y abstracciones pero en forma mas objetiva, excluyéndose de lo que decía. Vattimo, en cambio, incorporaba su persona al relato, decía que era homosexual, que estaba a favor o en contra de tal o cual postura, etc. Incluso, dudaba mas que el otro, le costaba encontrar las palabras y expresar lo que quería decir. 
Paradójicamente, esto no lo mostraba como menos conocedor de los temas que se trataban, ni menos hábil con la palabra, por el contrario, mostraba a un tipo que sabe mucho pero que esta buscando, que aún, a pesar de su edad,  indaga al mundo y sobretodo a sí mismo. El otro, desplegaba su erudición de forma un tanto enciclopédica, era mas de lo mismo. Mas allá del acuerdo o no con sus ideas, Vattimo expresa un pensamiento que es diferente y que deja entrever cierta búsqueda. El pensamiento de Vattimo tenía aire y vida y el del otro era rígido y pesado. Algo parecido veo en Tomás Abraham y en Alejandro Rozitchner, y creo que esa es una de la características de los buenos filósofos modernos, se meten con la realidad y con ellos mismos y usan la filosofía y sus modelos como herramientas para interpelar al mundo, tanto el social como el propio.


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