sábado, 28 de marzo de 2015

Un mundo egocéntrico

Uno de los problemas de ser muy creyente de una doctrina religiosa es la sustancial pérdida de la curiosidad, de la duda y de la flexibilidad. Las preguntas se reducen mucho porque ya tienen respuesta de antemano: Dios así lo dispuso. 

Como contrapartida, la religión da seguridad y un punto de apoyo al creyente, ya no estas solo Dios te acompaña. Eso permite, imagino, sobrellevar mejor la angustia existencial de todo ser humano y hacer frente a los sufrimientos, desazones cotidianas, y pérdida de seres queridos.


Seguridad y tranquilidad vs libertad e incertidumbre. Ahí veo mas que nada la diferencia entre un creyente y un no creyente. Ser no creyente requiere de mayor valentía, es mas divertido, mas libre...pero no es gratis, esa soledad da miedo... 


En cuanto a la disminución del sufrimiento no creo que aporte mucho el ser creyente, sí, tal vez sirva el tener una "actitud religiosa", que es muy distinto a la creencia en una doctrina como la católica, musulmana, judía, protestante, etc. 


El estado de religiosidad implica una conexión con el todo, un creer que hay algo mas que lo que tocamos y vemos y que ese algo nos afecta, en ver la crudeza del mundo y de los hombres y, aun así, conservar la esperanza porque se reconoce que parte de esa crudeza también esta en sí mismo. 


Creer en eso, es muy distinto a creer en una deidad poderosa que esta pendiente de nosotros y nos cuida mas o menos según cuanto le recemos. 


El hombre sigue siendo un animal egoísta que cree que todo gira alrededor de él y que Dios, que es inmenso, esta pendiente de sus actos cotidianos... 


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