martes, 22 de septiembre de 2015

Política cotidiana

Caso 1: Maxi le compra el almuerzo a sus amigos que trabajan con él, compra la comida y luego les cobra. Pero algunos amigos a veces se olvidan de pagarle, Maxi los conoce y sabe que no es de avivados que lo hacen, es la vorágine del trabajo que los hace olvidar. Entonces Maxi les recuerda y ellos en general le pagan sin problema, a lo sumo le pagan al día siguiente. Pero, si bien es cada tanto, es molesto para Maxi tener que andar recordándoles que le paguen, es incómodo y además, tiene que estar con ese tema en la cabeza y, más de una vez, Maxi mismo se olvidó de pedir la plata y terminó pagando él uno o dos almuerzos. Como Maxi no esta mal económicamente, no se hace mucho problema, pero es algo incómodo y con el tiempo es desgastante. Así que decide plantear abierta y sinceramente a sus compañeros de trabajo su malestar, diciéndole que el tema no pasa por la plata y que sabe que ninguno lo hace de avivado, pero de vez en cuando sucede que no le pagan o se tiene que andar acordando él y eso lo incomoda. Los compañeros lo miran con cierto recelo y le dice que ellos siempre le pagan y que no entienden su actitud, otros, con evidente enfado dicen: "ok, no hace falta que busques la comida, vos fuiste el que te ofreciste" . Así que como Maxi no quiere enemistarse con quienes comparte muchas horas por día, minimiza el asunto y piensa en otra estrategia, de ahora en mas se va a traer la comida de la casa o comprarla antes, para no tener que salir y comprarle a todos. Maxi cambia el favor que les hacía y el diálogo sincero, por una estrategia y así logra mantener la buena relación con sus compañeros. La ofensa y falta de comprensión, apartaron el favor y la sinceridad y lo reemplazaron por una estrategia política, lo cual le da muy buenos resultados ya que la relación con sus compañeros se mantiene cordial, a costa de ser superficial.

Caso 2: Cristina quiere vender su PH que forma parte de un consorcio de 5 propietarios. Por las características del PH, Cristina me cuenta que es muy difícil conseguir que lo compre una familia para vivir, todas las ofertas que tiene son para poner un negocio, pero los propietarios tienen un reglamento en el cual acordaron que no se iba a permitir poner un negocio. Ya hay un negocio en el condomiño y es una panadería, y se decidió no permitir mas negocios que ese. Pero resulta que la panadería quiere poner un caño de salida del horno y ese caño tiene que pasar necesariamente por el patio de la propiedad de Cristina. Cristina primero le dijo que no al panadero, ya que el caño le resultaba antiestético y, además, le daría calor en el verano. Pero después lo pensó mejor y le dijo al propietario de la panadería que, si él la apoyaba en el consorcio para que autoricen la venta de su inmueble con uso comercial, entonces lo dejaría poner el caño. Cristina hace un trato y negocia. 

En los dos casos, se ve como la gente común también hace política en forma cotidiana, los mismos mecanismos que usa el hombre común son los que usan los políticos. No hay juicio de valor, ni Maxi ni Cristina hacen mal, negocian políticamente como hacemos todos en mayor o menor medida. 

Los que proclaman torpemente que no les interesa la política, creyendo que al decir eso se muestran como mas buenos, más puros, o mas trabajadores, no ven que al manifestarse de esa manera solo demuestran su infantilismo y una incomprensión de la dinámica propia de toda sociedad.

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