domingo, 15 de mayo de 2016

Universidad Pública II

Muchos pregoneros del arancelamiento, varios hipócritas que se rasgan las vestiduras en defensa de los pobres que supuestamente les pagan sus estudios a los ricos, son los mismos que apadrinaron ideológicamente la Noche de los Bastones Largos y la represión del Proceso. Hay una larga tradición de desprecio y odio hacia la universidad laica en nuestro país. A estos se les suman algunos espíritus marketineros que denuncian la baja calidad educativa de los estudios superiores sin la mínima honestidad de mirarse para adentro y sopesar lo que hicieron ellos con la gran calidad educativa que recibieron ellos en mejores épocas.
Porque es cierto que hay que tender hacia una cultura del esfuerzo, también es cierto que hay que ser exigente con los jóvenes para que se templen y no caigan en el facilismo. Pero a las facultades no van ricos, sino en su mayoría una clase media que ya solo es media por su cultura y no por sus bolsillos. La Universidad de Buenos Aires inventó un CBC para que durante un año los egresados del secundario sean acompañados en su orientación y formación y que no pasen por el filtro de un ingreso para el cual necesitan de muchos institutos privados y profesores particulares para entenderlo. Esto le cuesta al fisco 180 dólares por alumno por año, la institución universitaria más barata del mundo. Un milagro pedagógico y económico.
La universidad estatal sigue siendo la de mayor prestigio internacional y la de mejor nivel académico a pesar de las privadas que cobran bien, pagan mal, y compran terrenos alfombrados con las ganancias.
La palabra calidad es importante, pero no apta para cholulos que la repiten como loros. En un país como el nuestro en el que una selección por arancelamiento marginaría una nueva población a la deriva, la cantidad es un valor inestimable. Me refiero a la cantidad de estudiantes y no a la cantidad de pesos que por su monto en nada cambiarían la única cifra que habría que cambiar: los sueldos docentes.

Extraído del libro “Pensamiento Rápido” de Tomás Abraham – Ed. Sudamericana - 2002

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