sábado, 11 de agosto de 2012

Mamushkas marcianas


El sistema de las Mamushkas lo aplican en las naves espaciales que no regresan. Se van desprendiendo de partes como capas de cebolla, con el fin de tener cada vez menos peso y de esa forma optimizar recursos, o sea, energía. 

El sistema que utilizó la Nasa recientemente para poner al vehículo Curiosity en Marte es sorprendente. Parece demasiado complicado como para funcionar, pero lo hizo y el vehículo empezará a  recorer el suelo marciano. 

En 1999 habían puesto otro vehículo en Marte, el Mars Pathfinder, pero no era tan pesado ni con instrumentos tan delicados como el Curiosity. 
El sistema utilizado para la última etapa de descenso del Pathfinder consistió en cubrirlo con 28 airbags y soltarlo para que rebote en el piso marciano, pero el Curiosity es demasiado pesado y delicado para un descenso tan brusco, así que lo bajaron con un cable de acero desde el módulo nodriza mientras éste se mantenía en vuelo estacionario a 20 m del piso. La siguiente animación muestra el increíble proceso de descenso: 

http://www.youtube.com/watch?v=P4boyXQuUIw&feature=player_embedded

Un conocido me hace una pregunta que siempre se hacen las personas ante un adelanto tecnológico: ¿por qué no se usan todos esos recursos y ese dinero en mejorar las condiciones de vida de mucha gente acá en la Tierra que no tienen para comer? O, esta otra: "que paradoja, que el hombre destruya la Tierra y después busque otros planetas para habitar". 

Mi respuesta es que el hombre no es tan bueno ni tan inteligente como cree él mismo que es, que manifestar bondad está bien visto y por lo tanto es fácil 
mientras no nos comprometa demasiado. 
La parábola del anillo de Giges que Platón describe en la República, de alguna forma dice esto mismo: el hombre es bueno más por miedo o pudor que porque esencialmente sea bueno. 

Los gastos mundiales en comida para perros, cosmética y helados, supera con creces el dinero necesario para paliar el hambre y educar al mundo. 

Propongo acortar la distancia entre el discurso moralista y nuestras acciones o inacciones y tomar como atajo la reducción de la crítica.

El hombre juega y, como sucede con los animales, a veces ese juego se transforma en guerra. 

A pesar de los tres golpes al ego que sufrió el hombre, primero con Galileo, luego con Darwin y finalmente con Freud, en el fondo, el hombre se creer superior al resto de los seres vivos, se cree un elegido de Dios, se cree bueno aunque no este muy claro que significa eso. 

Pero, ¿cómo hacer un acto de bondad si nos conocemos tan poco a nosotros mismos y ya, a priori, nos creemos mejores?. Tan buenos como para creernos con autoridad para criticar nuestro entorno? 

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