miércoles, 23 de abril de 2014

Mujeres con huevos

Cuando a una mujer le dicen un piropo y esta mira fijo al piropeador, le contesta, repregunta, o agradece, la reacción del hombre cambia por completo. Primero se asombra, y generalmente  cambia la actitud. 

Ese piropo, que primero fue dirigido a una hembra, ahora se dirige a una mujer… a una persona. 
No es raro que el piropeador se sienta un poco avergonzado, se sonría y se transforme, al ver que su objeto de deseo también es una persona. Toma conciencia de su propia humanidad, y pasa de comportarse como un macho a comportarse como un hombre. 

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