miércoles, 11 de febrero de 2015

El método inductivo

El problema del conocimiento inductivo se muestra con claridad en el ejemplo del pavo planteado por Bertrand Rusell. 
A un pavo se le da de comer todos los días y cada vez que le demos de comer el pavo confirmara su creencia que la regla general de la vida es que  a uno lo alimenten todos los días unos miembros amables del genero humano que velan por sus intereses. La tarde anterior al día de acción de gracias, al pavo le sucederá algo inesperado que lo llevará a realizar una revisión drástica de su creencia. 

¿podemos conocer  algo de nuestro futuro (infinito) analizando nuestro pasado (finito)? La experiencia del pavo no solo puede no tener ningún valor para proyectar el futuro si no que puede ser negativa ya que el pavo va teniendo cada vez mas confianza a medida que pasan los días, incluso se puede considerar que tenía un máximos de confianza un día antes justo cuando el riesgo era mayor.

Algo ha funcionado en el pasado hasta que inesperadamente deja de funcionar y lo que hemos aprendido del pasado resulta ser, en el mejor de los casos, irrelevante o falso y en el peor, brutalmente engañoso. 
Quienes creen en los beneficios incondicionales de la experiencia pasada deberían considerar lo expresado por un famoso capitán:
...con toda mi experiencia, nunca me encontrado con un accidente de ningún tipo que sea digno de mención. En todos mis años en el mar, solo he visto un barco en situación difícil. Nunca vi ningún naufragio, nunca he naufragado ni jamas me he encontrado en una situación que amenazara en acabar en algún tipo de desastre. E.J. Smith, 1907 capitán del RMS Titanic.

Una vez que en la mente habita una determinada visión del mundo, se tiende a considerar solo los casos que demuestren que se esta en lo cierto. Paradójicamente, cuando mas información tenemos, mas justificados nos sentimos en nuestras ideas.

Fuente: El Cisne Negro p. 111 

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